miércoles, 11 de junio de 2014

Hablemos nuevamente del bullying en las escuelas

El tema de actualidad es el bullying en las escuelas, de pronto ha habido una ola de sucesos en los que se manifiesta el acoso escolar, no se diga a partir de que los medios de comunicación dan a conocer un caso en el que tristemente fallece un alumno. 
Entendemos perfectamente que es una situación sumamente lamentable que no debería ocurrir en los centros educativos ni en ninguna parte, que hay compañeros maestros que actúan con indiferencia ante tales casos pero sobre todo, padres de familia y autoridades que han actuado con negligencia hacia los niños.
Reflexionemos:
Los padres que tienen uno o dos hijos a los que aman y con los que conviven diariamente, según ellos, no se percatan de las aflicciones de sus hijos (as) de manera oportuna pero esperan que el (la) docente, que no tienen ningún lazo afectivo con el alumno (a) y que además atiende a 38 alumnos en el grupo, se dé cuenta inmediatamente de los problemas que pueden llegar a afligir al alumno. -"Es su trabajo"-, dirían algunos, entonces ¿cuál es el trabajo de los padres para con sus hijos? No pueden seguir eludiendo responsabilidades, ¿qué esperaban cuando decidieron tener hijos (as)? ¿Que alguien más los cuidara y criara por ellos, y además de la mejor manera? ¿A quiénes les van a importar más que a ustedes?

Como dije anteriormente, hay compañeros que prestan poco o ninguna atención a situaciones de bullying entre sus alumnos y quiero creer que a partir de las sanciones que  recibieron algunos compañeros por dicha negligencia, los demás nos vamos a esforzar por dar la debida atención a nuestros niños en el aula. Pero pongamos especial atención a lo siguiente, escuchamos sobre las medidas que se tomaron con los maestros pero jamás escuchamos qué paso con los menores agresores y los padres de dichos niños. Y muy a mi punto de vista, LOS PADRES DE FAMILIA EXIGEN MÁS DE LO QUE DAN. Exigen el mejor trato para sus hijos(as) pero ellos mismos los abandonan, insultan, maldicen y  golpean. Exigen que se les dé todo el tiempo posible y que se satisfagan sus necesidades pero ellos no lo hacen, no dedican tiempo a escucharlos, leerles, platicar con ellos, revisar sus tareas, ir a las reuniones informativas, hacerles de comer, entre muchas otras cosas. A ellos, sus hijos se les han fracturado, quemado, caído, golpeado, peliado en unos minutos de distracción y nunca hemos visto ni escuchado de sanciones tan drásticas, ¿será que les hacen falta?


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